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adrenalina, avanzada, cólera, desfibrilador, edema pulmonar, reanimación, velocidad
Está muy mal. El desasosegado gesto del médico me confirma que es perfectamente consciente de la información: el corazón del anciano paciente ha comenzado a fallar, provocando que la sangre se remanse en los pulmones y éstos se empapen de líquido, limitando enormemente el aire que es capaz de recoger. Afortunadamente, en la residencia de ancianos desde la que nos han llamado contamos con la ayuda de una enfermera recién titulada que casualmente acudía a visitar a un familiar.
Conozco bien los pasos que siguen a la primera valoración: solicitar ambulancia, oxígeno, medicación para eliminar líquidos, sentar al paciente… En UVI móvil es un caso relativamente frecuente que se afronta con ciertas garantías, pero en nuestro caso -personal no especializado en emergencias y con medios para asistencias menos graves- la situación exige el máximo. Trabajosamente deslizamos al paciente hasta el borde de la cama en la que yace para incorporarle, pero en ese momento el maravilloso sistema que ha permanecido bombeando incansable durante 89 años simplemente desiste. Sigue leyendo