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básica, Casas, convulsión, Jesús, neurológico, SAMUR, UVI móvil, vómitos
Por primera vez en toda la tarde soy consciente de mis párpados al pestañear. Busco con la mirada la brillante bolsa que contiene frutos secos y, tras encontrar en su lugar un cuenco rebosante de cáscaras, la localizo vacía en la papelera. En cuanto se muestra en la pantalla el conocido rótulo de “To be continued…”, aprovecho el receso para formular mi propuesta a Jesús: Podíamos bajar a reabastecernos, y de paso estirar las piernas. La moción es aceptada, por lo que extraigo con dificultad la espalda del puf, que ya había adoptado mi forma, y creamos un hueco sobre la mesa para recibir los aperitivos que nos acompañaran en la segunda parte de la sesión vespertina de series.
Los rayos del sol golpean en nuestros rostros al abandonar su portal, forzándonos a entrecerrar los ojos. Adoro estas tardes de Sábado libres tan relajadas -medito relajadamente- son mi interpretación personal de “la felicidad en las pequeñas cosas”. Desde el exterior del comercio podemos apreciar como el tendero prepara el surtido habitual tras advertir nuestra inminente llegada. A punto de acceder, llama nuestra atención un reducido grupo de gente en la acera, a la altura de la cafetería tres locales más allá; en su centro distinguimos sin mucho esfuerzo una persona tumbada. Al instante un impulso eléctrico sacude mi espalda: a trabajar. Sigue leyendo