Cambiar el vehículo nunca es una tarea agradecida, pero hacerlo una tarde de verano resulta verdaderamente pesado. Comprobar a fondo un furgón para posteriormente completar su equipamiento no nos emociona en absoluto, pero al menos asegura que no echaremos nada en falta cuando más lo necesitemos. Comparto la guardia con dos compañeros que se incorporaron no hace mucho tiempo, por lo que a buen seguro aprovecharán la minuciosa revisión.
Una vez finalizada la tarea, la cena transcurre plácidamente intercambiando impresiones sobre sus progresos laborales con Casas, el cuarto del equipo. Es más que agradable constatar que gracias a su presencia la situación se mantendrá bajo control, sea lo que sea lo que nos aguarde esta noche. Pasan unos minutos de las dos de la madrugada cuando la estridente alarma de la emisora nos hace saltar desde el sofá a recibir el aviso: en un centro de urgencias de una pequeña localidad, un niño ha sufrido una crisis epiléptica. Sigue leyendo