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accidente doméstico, atasco, Carol, cocina, domicilio, Eva, Heihachi, investigación, mancha
Acelerador, freno. Acelerador, freno. En una suave pero interminable sucesión. Los atascos en un vehículo particular me desesperan, pero durante el recorrido entre el hospital y la base no suponen un problema, ya que la grata compañía sobrelleva la espera. Si surge un aviso ya nos avisarían, y entonces nos liberaríamos del bloqueo usando la escandalosa señalización de prioridad. La emisora parece leerme el pensamiento, pues interrumpe el viaje pitando como un pájaro enfurecido. Uviseis, os necesitan en el número siete de la avenida de Barcelona, un hombre tirado en el portal, en cuanto sepamos algo más os lo comunicamos.
Esa no la tienes que buscar en el callejero ¿Verdad? comenta Eva, la médico, mientras acciono los interruptores y piso con decisión el acelerador. El pesado furgón hace de culebra para deshacerse del embotellamiento como por arte de magia, mientras una vez más tomo las riendas de la excitación para mantener la concentración en su punto máximo. Jamás me podría cansar de esto. La precisión en el pilotaje permite que alcancemos el lugar antes de recibir más información sobre lo sucedido, por lo que nos adentramos en el portal del majestuoso edificio con precaución. En su interior, el portero de la finca ayuda a un hombre a recostarse sobre la pared. ¿Qué le ha ocurrido? inquiere nuestra doctora. No lo sé… ¿Cómo he llegado aquí? Sigue leyendo